lunes, abril 07, 2008

Tengo lo que es mío,
nada tuyo queda,
se lo llevo el tiempo,
se fue junto con el silencio que sembró tu boca.
Martillan sobre las horas los momentos que me sobran,
los que inevitablemente invertía
en contemplar tus ojos.
en escuchar tus palabras aceleradas,
tomar tus manos,
en callarme las palabras que no quisiste hacer tuyas.

La soledad, es un herida vieja
que se abre de cuando en vez,
que sangra y vuelve a cerrarse,
es una boca muda que grita,
en un tácito lenguaje que nadie escucha.

Nada y todo es lo mismo,
una lágrima rodando,

una búsqueda nunca iniciada,
una espera detenida
y una necesidad inmensa de no amarte.

Todo cabe en un verbo que nunca sabré conjugar,
olvido es la palabra,
pero con solo nombrarla vuelvo a recordarte.
-
MAXIMILIANO.
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