lunes, abril 07, 2008

Ven, trae tus palabras
las frases consabidas,
y los te quiero
fabricados a fuerza de costumbre.


Ven, trae tus insípidos besos,
cargados de consuelos,
trae tus miradas,
lánguidas y fijas
indeterminadas casi indiferentes.



Trae ahora
una noche como aquellas,
fogosa y dilatada
apresuradamente larga,
sin amaneceres
sin hambres,
ni agendados despertares.


Ven ahora,
con esa porfía tuya
de querer amarme
para espantar tus tedios
ahora que todo es insufriblemente necesario
para espantar tristezas
y cesar llantos.

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MAXIMILIANO.
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