martes, septiembre 18, 2007

: Me persiguen desde todos los lugares,
: los inquisidores que acreditan mis deudas morales,
: me tienden trampas para lobos,
: y preparan jaulas para chacales.
: Siembran mis caminos de tropiezos
: para que me retarde en mis huidas,
: todos mis inquisidores me buscan
: y sus lámparas arrojan destellos en mi entorno,
: y me oculto en la mezquina filtración de la penumbra.
: Tienden sus lazos cerca de mis refugios,
: y ponen celadas en mis abrevaderos,
: en sus redes cuelgan cebos
: que muestran a mis ojos,
: ¿Qué harían si sus manos me atraparan?
: Desgajarían mi carne,
: y pondrían mis huesos en cepos subterráneos,
: para que encontrara la remisión de mis pecados..
: Dejo un huela débil,
: presagio la rotura de mis días,
: mi alma se encadena a rocas perennes,
: esclavo de sus ojos me torturo,
: y me flagelo con latigazos de dudas.
: ¿Y quien comprendería la razón de mis vergüenzas,
: si nadie vio la desnudez de mi alma,
: ni conoció los secretos de mis llagas?.
: Pero me incriminan,
: por que sacié mi sed con sus besos,
: por que descubrí su desnudez,
: por que amar a veces es delito.
: Me buscan con ojos certeros,
: recorren los lugares adyacentes,
: poro no saben reconocerme,
: solo miran con avidez de buitre,
: y perciben mi rostro,
: no saben que soy solo silencio.
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MAXIMILIANO
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