jueves, octubre 11, 2007

: Peregrino detrás de lo que espero,
: como una sombra que se desvanece
: en lo gris de mi sino,
: No hay soles que diagramen los días
: ni estrellas en las noches desoladas
: todo es un rotar infinito de tiempo
: Soy una cisterna rota,
: una dehesa hollada y desierta,
: que se queda desterrada en el olvido,
: .
: El sendero que me conduce a tus ojos
: esta siempre dispuesto,
: como una puerta abierta y abatida,
: como una senda limpia y tachonada
: de luces, aromas y primicias.
: Cuando el tiempo se quede apresado,
: en las horas incontenidas
: en las esferas de todos los relojes,
: mirarás, la brevedad de los espacios
: que quedaron sin ser llenos por tus manos.
: .
: Las limosnas que pedí a la vida,
: se desvanecen incongruentemente como las palabras,
: que caen en un río confuso de delirios,
: donde solo prevalecen los afanes,
: y se mueren angustiosos los pretéritos.
: .
: Me margino de vivir dependiente,
: del roce de tu piel y del milagro,
: de reflejarme de cuando en cuando en el brillo,
: de los espejos de tus ojos risueños.
: Igual como el golpe del agua en el rodezno,
: que hace girar las muelas del molino,
: así, la leve entonación de tus palabras
: acelera mi prisa por marcharme,
: ya no quiero que te ronden mis anhelos
: que estriban en mis afanes de tenerte,
: quiero enterrar lejos en tiempo y distancia,
: esta pasión trunca,
: sin que quede en ti ni en mi le marca
: del delito de haberte amado tanto.
: fin
MAXIMILIANO
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