martes, julio 15, 2008

Pierdo las manos en los amaneceres del silencio,
estropicio que derrumba las sosegadas líneas,
que marcan mis entornos.

Enmudezco las palabras que escribo,
ocultando sensaciones en frases contrahechas,
espejando mis noches calcinadas
con dolores contraídos.

Descuelgo de mis ojos los ruegos inconclusos,
cristalinos caen por los márgenes del rostro,
crucifico mis afanes,
mis perpetuas soledades,
y río en la tristeza que me atrapa.

Camino en la penumbra de tus ojos,

recorro de memoria los espacios que no llenas,
los rincones vacíos de mi lecho,
y la boca sedienta que no besas.

Abro la noche cada noche,
esa puertas abnegada que me oculta,
que sosiega mis ímpetus,
y adormece mis esperas.

Que me disfraza de ser tuyo,
como una desbordada idea
que no quieres dejar suelta.

Siento mis manos desatando silencio,
tejiendo letras, urdiendo versos,
amordazando los deseo que se enredan
en tu figura de mujer, soberanamente bella.-


-
Maximiliano..
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