jueves, septiembre 25, 2008

ME ENREDO EN TUS PALABRAS

Me enredo en tus palabras
tan quedas tan simples
en las noches frías del inviernos,
cuando lámparas apagadas
cubren con sombra cómplice
tus arrebato de no querer estar sola.
 
Me enredo en tus ojos
que ríen cuando quieres,
en tus manos frías, que me eluden,
en tanto atisbos tus dolores
que me arañan desde adentro.
 
Me enredo en lo que no quieres,
en el afán de romper tus hechizos,
sin querer entender que el amor,
no se quita como el calzado
o el vestido nuevo
que entrenaras un domingo.
 
Me enredo en ti,
en todo lo tuyo
que siempre fue ajeno;
como este interés
de buscar agua
en las cisternas rotas.
 
Ya no es tiempo atrapar sueños,
el tiempo todo lo caduca, lo archiva
o recicla en realidades incomprensibles.
Nada parece más rutinario,
que el salir cada mañana
con el afán de ver tus ojos
fundidos en los míos
y regresar cada tarde
con la pobre esperanza
de que mañana todo será distinto.
 
 

PUEDO

 
Siento palpitar los brote bajo la tierra,
los vagidos callados, de semillas que se mueren
y el renace de las plantas nuevas.

Puedo ver las yemas que se abren en la rama,
una flor romper el tallo y emerger soberana
y la mano traviesa de la brisa,
secarme en el rostro una lagrima .
 
Puedo entender la notificación que el viento hace a la lluvia,
escuchar el rumor del bosque cuando se habla,
las calladas promesa que el río hace a las arenas,
y el llanto de la noche, cuando la acuchilla la escarcha.
 
Puedo ser perceptivo a tantas cosas,
sentir las alianza entre invierno y primavera,
puedo oír a veces los requiebres de mis voces,
y los ecos del silencio, cuando callas.
 
Puedo sentir los pasos de las lagrimas,
cuando hacen nuevas rutas en la cara,
puedo saber si el agua canta,
o si en el fondo del pozo se duerme una estrellas...
 
Ah,! De cuantas cosas puede llenarse mi sapiencia,
cuanto puede darme la empírica observancia,
mas no se advertir por que mi corazón llora,
cuando tus ojos rehuyen mi mirada,
y en tu silencio mi voz se desampara.
 
Yo no se por que se hace triste mi camino,
cuando me invade tu recuerdo y la nostalgia,
cuando endilgas tus pasos a otros rumbos,
cuando desatas mi tristeza
y ya no puedo atarla.
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