miércoles, enero 21, 2009

AL MIRARME EN EL ESPEJO

Al mirarme en el espejo sostengo,
que me abruma esta explícita tristeza
que se dibuja en mi rostro el cada día.

No descubro al mirarme en el espejo,
ni un vestigio de luz iluminando mis ojos,
solo abrigo un impúber candor cuando me desnudo,
y una añeja alegría escondida en mis recuerdos.

Pareciera que esta gravedad en mi vida,
es una sentencia severa
de gobernarme inflexible y normado,
pareciera que soy cartujo y obcecado,
a veces hierático,
que no siempre río,
que mis palabras son incontenibles,
sin embargo,
lo que el espejo no retrata,
es mi terca ambición de sentirme libre.

atardecer en el amazonas

Amazonas

Arrastro la luna en la estela de la barca,
forastero extraviado navegando el Amazona,
comiendo yuca en las malocas,
y adivinando serpientes en sus aguas turbias.
 
Emerjo como uno más
en la espesura generosa de la selva ,
camino por senderos húmedos
inmensamente más cálidos que los míos,
rompo esquemas,
y no bebo agua de sus fuentes
solo voy y vengo, en medio del estío
 
 
Tengo la luna atada a la estela de la barca,
en un rio ancho como el mundo,
oscuro y hondo como el olvido,
cordón de plata que ciñe la selva acorralada.
Abrevadero misterioso de verdor milenario,
serpiente madre que se desenrosca
desde la dureza del macizo andino.

Traigo la luna tras la barca,
y en el corazón el sonido ronco de mis ríos,
en la memoria el ocre de los bosques en otoño,
el turquesa de los lagos,
y la imponencia del pehuén coronando los riscos
Vengo del reino no conquistado,
donde todo es indómito y florido,
donde lamen los fiordos
las aguas gélidas de antárticas provincias,
y la selva virgen la horada el frio.

Tengo tus ojos detenidos frente a la barca,
aguardándome tutelante ,
maternal , amante,
mitad ajena, mitad mía
con la generosidad de la selva corriendo en tus venas,
Te ato mis pensamientos para no olvidarte
con la mansedumbre de la noche
y sinuosidad de tantas huellas caminadas,
sujetando las jarcias de mis sueños,
y abriendo las velas de mis esperanzas
para que la luna tenga un destino
cada vez que arribe a tu orilla.

Traigo la luna en la estela de la barca ,
argentando el cauce que se desliza lentamente
hacia un océano de distancias
carcomiendo el ocaso que crece lentamente
mientras reverentemente me despido
del rio de los ríos.

miércoles, enero 07, 2009

MIENTEME

 
Miénteme que me quieres 
a ver si puedo espantar la muerte,
miénteme una lágrima
para jurarme el universo.
 
¡Miénteme! pero calla,
que mi mano entiende si tiemblas,
que mis ojos saben de verdades ausentes.
 
Miénteme,  por que yo lo quiero, 
para que el amor no sea siempre,
para que cuando el recuerdo me investigue,
descubra que fuiste un sueño que me mintió la noche
y nunca estuviste
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