viernes, septiembre 21, 2007

: collage
: El pan y el agua ya no me sostienen,
: la angustia ahuecó mi alma,
: la noche de vez en cuando
: para cambiar su diagrama,
: se resta unas estrellas.
: El olvido se ha hecho eterno,
: el viento silba y calla,
: me torno dependiente de los elementos,
: me amparo en las cosas triviales,
: se me caen los ojos de cara,
: el perdón me succiona cuando oro,
: me cansa la elocuencia del silencio.
: Camino vacilante, como si lo hiciera
: sobre una cornisa suspendida en el aire,
: las puertas todas se cierran en las narices,
: la justicia nunca la harán los condenados.
: Tengo sed,
: y solo encuentro un pozo
: repleto de cenizas y fieltros,
: las manos se han enceguecido de cansancio,
: los excrementos chorrean de las casas,
: y las palabras los lanzan por los aires.
: Al silencio lo han petrificado,
: lo han hecho muro,
: y lo usan de pizarra.
: Nadie sabe nada
: y todos creen saberlo todo,
: la libertad habita en jaulas de pájaros,
: si no existieran las guitarras,
: faltarían sus cuerdas
: para atar tanto canto derramado,
: del orgullo a la humildad
: sólo dista una rodilla doblada
: FIN
MAXIMILIANO
: Besó el alba
: la rosa pálida
: con cuanta ternura
: su boca transparente
: humedecio en silencio
: sus pétalos de ceda,
: ruborizó tal vez
: su pálida hermosura
: y refrescó la herida
: que el sol le hiciera.
: Buacará de mañana
: en el enhiesto ntayo
: las agudas espinas
: que no la defendieron
: de los besos ardientes
: de un sol de verano
: que se bebió el secreto
: de su c apullo cerrado.
: Fui el alba
: que te besó un día
: fuí la boca
: que humedeció tu herida
: y vino el sol
: y borró mis huellas
: entibió tus pétalos cerrados
: que ahora caen
: mientras te marchitas ajenas.
: fin
MAXIMILIANO

martes, septiembre 18, 2007

: Me persiguen desde todos los lugares,
: los inquisidores que acreditan mis deudas morales,
: me tienden trampas para lobos,
: y preparan jaulas para chacales.
: Siembran mis caminos de tropiezos
: para que me retarde en mis huidas,
: todos mis inquisidores me buscan
: y sus lámparas arrojan destellos en mi entorno,
: y me oculto en la mezquina filtración de la penumbra.
: Tienden sus lazos cerca de mis refugios,
: y ponen celadas en mis abrevaderos,
: en sus redes cuelgan cebos
: que muestran a mis ojos,
: ¿Qué harían si sus manos me atraparan?
: Desgajarían mi carne,
: y pondrían mis huesos en cepos subterráneos,
: para que encontrara la remisión de mis pecados..
: Dejo un huela débil,
: presagio la rotura de mis días,
: mi alma se encadena a rocas perennes,
: esclavo de sus ojos me torturo,
: y me flagelo con latigazos de dudas.
: ¿Y quien comprendería la razón de mis vergüenzas,
: si nadie vio la desnudez de mi alma,
: ni conoció los secretos de mis llagas?.
: Pero me incriminan,
: por que sacié mi sed con sus besos,
: por que descubrí su desnudez,
: por que amar a veces es delito.
: Me buscan con ojos certeros,
: recorren los lugares adyacentes,
: poro no saben reconocerme,
: solo miran con avidez de buitre,
: y perciben mi rostro,
: no saben que soy solo silencio.
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MAXIMILIANO

lunes, septiembre 17, 2007

: Llueve, sobre la tierra, llueve,
: sobre los bosques de antes,
: sobre las sementeras de hoy,
: sobre los senderos
: que mueren bajo el asfalto.
: Llueve, sobre la tierra envejecida,
: sobre los lugares de entonces,
: donde la flecha ensangrentada
: corrió con sus mensajes de guerra,
: donde los guerreros alistaron sus macanas,
: y la sangre invasora
: se cuajó sobre la tierra.
: .
: Llueve, llueve, llueve,
: sobre las tumbas sin cruces,
: sobre las huellas borradas,
: sobre la historia escrita
: bajo la sombra del Canelo
: sobre los ecos que atraviesan
: cinco siglos de historia
: Llueve, llueve
: Sobre el nombre de Lautaro,
: sobre la Janequeo que arremete
: con su puñado de bravos.
: Sobre el llanto que la tierra pone,
: en los ojos de los hombres.

: Llueve, llueve como siempre,
: para que el valle sea fértil
: para que las heridas se laven,
: para que se diluya la sangre vieja
: y florezca la nueva sangre.
: fin
MAximiliano

jueves, septiembre 06, 2007

: Estas manos, son las mismas
: que pusieron en el surco la semilla,
: las que plantaron árboles,
: y se abrazaron al fuste
: de robles centenarios.
: .
: Son las mismas ,
: que arañaron los peñones de los Andes,
: las que buscaron senderos
: debajo la nieve,
: y rompieron la escarcha
: frotando pedernales.
: .
: Estas manos,
: son las que trazaron caminos en tu espalda,
: las que recorrieron tus rincones silentes,
: las que rozaron los bordes de tus labios.
: .
: Son las mismas
: que se ahuecaron en la redondez de tus pechos,
: las que resbalaron por tus caderas,
: y se detuvieron en el misterio de tu vientre.
: .
: Estas manos,
: son las que ahora te dibujan en el recuerdo,
: las que rozan un silencio repleto de ausencias
: y reposan en el deseo
: de estrecharte cuando vuelvas.
: fin

MAXIMILIANO::
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