jueves, julio 31, 2008

Futuro

FUTURO

Mañana habré nacido,
mañana mi madre
se llenará de dolores de parto,
será de madrugada,
para beberme entonces,
un calostro de silencio.
Lloraré cuando nazca,
me asustará la ausencia de tantas cosas,
no entenderé el propósito de las vidas,
no sabré para que ser fecundado,
me agobiarán las miserias de las almas,
me sentiré solo en medio de mi espanto.
Mañana estaré en la tierra,
para que la soledad
hunda en mi carne sus garras.

MAXIMILIANO.

lunes, julio 28, 2008

EN REVERSA
Venía del silencio
Acababa de curar mis últimas heridas
Cuando tus ojos clavaron
otro dardo en mi corazón convaleciente.
Venía del silencio,
Y tus palabras que guardaban un reposo de piedra
Llegaron hasta mi sombra adolorida.
como figuras celestes.
Profundas me azolaron,
y gatillaron en mis ojos,
un disparo húmedo y taciturno.
Venía en busca de mi risa,
a sembrar en mala tierra
la semilla magra de mi pena,
Venía a ocultar mi soledad tan evidente,
pero me sorprendió tu voz
en medio de mi tránsito,
como una llamada que salva la vida,
como un pitazo que advierte la muerte.
Yo volvía del silencio,
cuando llamaste a la puerta de mis ojos,
penetraste sonora por los tímpanos,
me hiciste huerto fértil
a tu siembra de palabras,
encendiste todos los candiles
para hacerme habitar
el rincón más oscuro del silencio

MAXIMILIANO.

viernes, julio 25, 2008

YA NO TENGO....

Ya no tengo promesas de amor,
solo esta realidad de mi presente,
este goteo de sentires que amanecen,
derramados sobre tu nombre.
Se ha fugado toda idea de buscarte,
toda intensión de tributarte mis palabras,
de rozarte con el velado aroma de un verso,
y esperar que tus ojos a cambio me donen
por un instante, su mirar intenso.
Descalzo de todo sentimientos,
recuerdo mis recónditos deseos de estrecharte,
y desmadejarte de tus íntimos instintos
que no siempre fueron mi afán,
mas bien una intención que me mostraste.
Llena ahora esta derrotada ansiedad que sucumbe,
busca la manera de poner ella otra esperanza,
no tus ojos, ni tu voz, ni tus promesas,
nada que se parezca a una desamparada palabra
de esas que se dicen para que el silencio no se alargue.
Llena ahora la cavidad vacía de mi lámpara,
pon un aceite que encienda esta mecha que se deshace,
no dejes mas huellas que las que tengo,
para que mañana cuando amanezca,
el cierzo frío que lame mi tierra,
pueda pasar por ellas sin saber que estuviste.



Max1miliano

miércoles, julio 23, 2008

No fueron mis manos las que rozaron tu cuerpo,
ni mis dedos desataron tu silencio,
no fue la ausencia que me vistió de olvido,
ni mi llanto el que te almagró de tristeza.

Fui un accidente difuso e inmemoriado,
que asomó por las riveras de tu vida,
como una silueta extraña y pasajera,
que se apegó al hueco de tu costado.

Si tus manos se aferraron a las mías,
quiero entender que ciegas ellas buscaban,
si tus ojos descansaron en mis ojos,
fue buscando con urgencia algún remanso.

Si me basaste tantas veces apasionada,
otros labios imaginaban tus ojos cerrados,
y las caricias que sembraste en mi cuerpo,
fueron gotas que estilaron de tus manos.

No me amaste a pesar de lo vivido,
no hallé morada en un corazón desierto,
fui un aroma, un reflejo, quizás nada,
solo un cuerpo que a veces fue deseado.

Si te he amado, eso no importa,
Que te baste saber que nos tuvimos,
piensa que florecen azules los cardos
antes de desangrarse blancos por el suelo..

martes, julio 15, 2008

Vengo con los ojos cansados
de chocar en las paredes,
de atravesar el hueco de las mismas ventanas,
de adsorber la brisa nocturna,
y ver la sombra de las estrellas.

Necesito ahora,
las bucólicas lunas de menguantes,
los ríos bramadores en las venas,
desaguar con los ojos los lagos australes,
y no sentirme vacío sin tus palabras.

Zozobro anclado en esta espera incontenida,
en este doloroso encuentro con la nada,
en la plegada e insuficiente luz que cada día,
me envuelve desde el cóncavo cristal de una lámpara.

Me sobra esta pasiva vida citadina,
este remilgo insufrible que no es vida,
estación parasitaria de mis días que se alargan y alargan
sin verterme por las cumbres andinas.

Me cuesta sobrevivir en este asedio sin tus ojos,
deseo una forma de sentirme liberado sin tus manos,
de escaparme por los torrentes de la lluvia,
fugarme en los ecos de los truenos,
de llorar amargamente sobre las praderas de tu nombre,
y sentirme dueño de las ásperas soledades que laceran.
-
Te quiero mía, ahora que te quiero,
mas allá de los eslabones que te atán,
de la intransigencia realidad que me aplasta,
Te quiero mía sin reservas
sin horarios sin tiempos controlados,
parar amansar juntos el viento y las nubes,
y romper la noche cuerpo a cuerpo
frente a la promesa de un beso…
debajo de una luna amarilla de invierno.

fin

Maximiliano.
Pierdo las manos en los amaneceres del silencio,
estropicio que derrumba las sosegadas líneas,
que marcan mis entornos.

Enmudezco las palabras que escribo,
ocultando sensaciones en frases contrahechas,
espejando mis noches calcinadas
con dolores contraídos.

Descuelgo de mis ojos los ruegos inconclusos,
cristalinos caen por los márgenes del rostro,
crucifico mis afanes,
mis perpetuas soledades,
y río en la tristeza que me atrapa.

Camino en la penumbra de tus ojos,

recorro de memoria los espacios que no llenas,
los rincones vacíos de mi lecho,
y la boca sedienta que no besas.

Abro la noche cada noche,
esa puertas abnegada que me oculta,
que sosiega mis ímpetus,
y adormece mis esperas.

Que me disfraza de ser tuyo,
como una desbordada idea
que no quieres dejar suelta.

Siento mis manos desatando silencio,
tejiendo letras, urdiendo versos,
amordazando los deseo que se enredan
en tu figura de mujer, soberanamente bella.-


-
Maximiliano..
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