jueves, octubre 23, 2008

TENGO UNAS PALABRAS

Tengo unas palabras que me sobran,
unas que buscan tu refugio,
sin embargo,
pareciera que me tragó tu olvido,
y mi nombre ya nos está escrito
en las paredes de tus días,
ni mis versos son un hueco abierto
por donde mirabas mis sentimientos.
 
Tengo unas palabras rondándome en silencio
una espesa convicción de olvidar lo que no puedo,
deshacer el rumor de tus voces en mis pensamientos,
sería como dejar el sol escondido
y querer que el día sea claro.
Te sujetas dolorosamente a mis recuerdos,
tiñes con tu nombre mis amaneceres ,
desdoblas el tiempo
y te mesclas en el hoy y los ayeres,
como si fuera fácil no quererte.
 
Puedo decir que no te amo,
para que esté tranquilo tu corazón inocente,
para equilibrar la razón y el sentimiento,
para que no se rompa tu noche con un desvelo.
 
Puedo decir que te he olvidado,
que mis pensamientos están cada vez más distante
que nada es como fue un día
que todo lo que despierta
tarde o temprano se duerme,
es mas, quiero que lo creas,
mientras yo juego a inventarte,
en un nuevo sueño en una noche nueva,
donde seguirás siendo princesa..

sábado, octubre 18, 2008

PADRE

Padre,
ahora que ya no ves mi estatura,
ni te preocupa mi estructura de adolescente,
ahora que están vacías tus rodillas
y no cabalgan en ellas mi simiente…
 
Ahora padre,
que doblas las ultimas curvas del camino,
que tu paso firme se ha hecho vacilante,
ahora que el buril del tiempo ha tallado
el mapa de las edades en tu cuerpo.
 
Ahora, antes que sea tarde, vengo,
a poner sobre tu mesa mis ofrendas,
la gratitud de haber sido
la prolongación de tus manos,
la mirada presente de tus ojos,
disidente en la aventura inconclusa de un verano,
y camarada fraterno en los inviernos.
 
Traigo envuelta en la mirada,
las emociones asentadas en mis tardes reflexivas,
cuando me hizo falta el consejo justo,
y la ciencia cultivada en tus años,
cuando quedó inconcluso algún proyecto,
y mis brazos,
se aturdieron entre el frío y el cansancio.
 
Padre, ahora,
toma esta mano que es tu mano
estréchala en silencio,
para que escuches
como siempre supiste hacerlo,
como mi corazón te habla
en compases lentos.

TORNO

 
Torno de mi andar aciago,
con los ojos desaguados,
sin el lloro añejo,
mirando mas allá los tolmos
que marcaron las riveras de mis espacios.

Torno de los sueños quijotescos,
con espada de hojalata
y yelmo de cáscaras,
torno de las lumbres antiguas,
de lámparas encendidas a kerosén,
donde la cera virgen
se hace cirio para combatir la noche,
donde la sangre se enfría
cuando un graznido anónimo
perfora el silencio de los bosques.

Torno de mi silencio urdido
en los inviernos fríos,
tejidos en amaneceres insulares,
remendado con fiordos
que carcomen las costas australes.

Vuelvo de las distancias caminadas
martilladas por mis pasos,
de las huellas olvidadas por cartógrafos,
de cercar la lluvia con riadas de tristeza,
de trazar con mi mano mundos nuevos
en la corteza de un alerce muerto.
>